El parásito devorador de cerebros que atormenta a Argentina
Existen todo tipo de enfermedades en el mundo, algunas de ellas tan extrañas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Es el caso del extraño parásito que está creando pánico en Argentina. Se trata de una ameba devoradora de cerebros que ya se ha cobrado su primera víctima en el país Sudamericano: un niño de ocho años que, tras los análisis posteriores, ha sufrido el ataque de este peligroso parásito. Por eso desde Okdiario Ciencia queremos contarte los detalles de un virus que está causando terror en la comunidad internacional.
La ameba del terror
Bautizada científicamente como Naegleria fowleri este parásito se define como un microorganismo de agua dulce que habita en hábitats en los que las aguas son cálidas. Una ameba que suele encontrarse también en todo tipo de piscinas climatizadas en las que la higiene no es la correcta y que puede generar graves problemas de salud, incluso la muerte. Cabe destacar que este parásito tiene un largo recorrido a lo largo de la historia, ya que el primer caso documentado del mismo se produjo durante la II Guerra Mundial. Eso sí, el caso que más se recuerda es el de los nadadores olímpicos de Checoslovaquia durante los años 60, un terrible suceso que se cobró la vida de doce personas.
Cada año mueren varias personas a causa de la acción de una ameba que se instaura en el cerebro acabando con todo lo que encuentra a su paso. Un virus más habitual en las zonas tropicales y el sur de Estados Unidos que está aumentando el número de casos en los últimos años. Por suerte, España no ha registrado ningún suceso relacionado con la Naegleria fowleri, no obstante, las autoridades españolas están alertadas de la posible llegada de este parásito a territorio peninsular.
¿Cómo se contagia?
La forma más habitual de contagio radica en las lagunas o lagos de aguas templadas en los que suele habitar el parásito. En este caso, la ameba se introduce en nuestro cuerpo a través de la nariz y sube por medio de las cavidades hasta establecerse en el cerebro. Una vez llega a nuestro órgano principal, permanece allí varias semanas incubando hasta que comienza a mostrarse la infección. La fiebre o las náuseas son los síntomas más habituales hasta que el paciente entra en coma y muere en un plazo máximo de una semana.